Sobre la Presentación del Diplomado de RS y Crisis – Facultad de Economía de la Universidad de Panamá
Presenté este proyecto cuando finalicé la Especialización en Docencia Superior Universitaria porque detecté un vacío en las casas de estudio panameñas, sobre la materia. Después de haber finalizado el Primer año y graduar a 23 estudiantes fenomenales, ejecutivos de empresas, instituciones y asociaciones sin fines de lucro, solo puedo sentir orgullo. Verlos transformarse a medida que se adentran en el estudio de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad Económica, me hace pensar que no estaba equivocada en el planteamiento que hice el día del lanzamiento del primer programa de esta materia que llega a la Universidad pública en Panamá y en la Facultad de Economía. Comparto con ustedes las conclusiones de aquel panel de lanzamiento:
“La sensibilización de la sociedad sobre el impacto económico, social y medioambiental de las actividades que día a día realizamos, nos ha llevado a desarrollar planes para mitigar estos impactos. Con el paso del tiempo, la Responsabilidad Social está pasando a ser parte del ADN de las organizaciones y es un factor vital para la toma de decisiones en todas las áreas comerciales, industriales, del sector servicios, medios de comunicación y sector gubernamental e institucional. La influencia de las empresas se ha convertido en un factor preponderante en el avance o retraso de su entorno y de los grupos sociales afectados por su actuación.
Dicho entorno y grupos sociales son denominados Stakeholders (término que procede del financiero para accionistas), los cuales han ido adquiriendo una mayor amplitud con la globalización, obligando a las empresas y todas las organizaciones de la sociedad (ONGs, Gobierno y medios) a considerarlos, influyendo sus decisiones de actuación y empujando a las empresas a convertirse en agentes de cambio en la generación de valor económico, ambiental y social.
Son esos Stakeholders o Grupos de Interés, tanto internos como externos, los que nos ayudan a definir los mapas de actuación de las organizaciones, su comunicación para construir reputación y la manera en que se han de preparar para analizar y detectar los riesgos y evitar las crisis.
Estos procesos claramente definidos son fundamentales porque constituyen uno de los grandes desafíos en el mundo profesional, ya que incluyen temas tan importantes como desarrollo sostenible, economía circular, responsabilidad social, imagen e identidad, proyecto corporativo organizacional y el lobby. Yo le agregaría reputación, ética empresarial y comunicación responsable.
La responsabilidad social se está transformando, de manera creciente, en una variable competitiva de reconocimiento mundial. Un factor de éxito en los negocios, que se conjuga con el compromiso ético de la empresa moderna con la sociedad.
La conducción socialmente responsable de una empresa genera decisiones de negocios mejor informadas, construye fidelidad, enriquece la imagen corporativa y de marca, y contribuye, en forma cuantitativa, a la rentabilidad corporativa a largo plazo porque ya se está constituyendo como un modelo de inversión que aporta a la rentabilidad de cualquier negocio y organización.
La Responsabilidad Social y el concepto de Economía Circular son ejes estratégicos de cualquier organización. Si a esto le sumamos la retribución en términos de reputación al entrar a comunicar resultados, las ventajas se multiplican. Pero, los resultados hay que crearlos primero. Por ende, podemos decir que la Comunicación exitosa es el resultado de una ecuación perfecta: hacer las cosas bien + saber contarlas bien, y el orden de los factores altera el producto. La alteración de dicho producto generalmente lleva como resultado: una crisis con altísimo impacto de reputación y riesgo en la operación”.